«Medicina para todos», «la Medicina Bamba Mata», «no compre en establecimientos sin autorización», etcétera, etcétera, etcétera. Mensajes que de por sí deberían hacer que la población tome conciencia de lo que puede sucederle si no compra medicamentos de calidad y de buena procedencia, además de lo que su médico le haya recetado, o en el caso que se pueda, por tener un registro que lo permita, el farmacéutico lo recomiende.
Por otro lado, tenemos los tratados de libre comercio, el respeto a la propiedad intelectual, a las patentes, a evitar ser un país donde no se respete el derecho de otros y que los inversionistas vengan con toda confianza a invertir en nuestro país. Una arista más, están todos aquellos oportunistas que solo quieren vivir de licitaciones, que viven de lo que el Estado compra o puede pagar, a dos niveles: productos muy baratos, que se definen en subasta inversa y que no permiten tener continuidad, y/o productos muy caros que solo existe un fabricante o que está protegido por la ley de patente o de propiedad intelectual, y que el Estado tiene que comprar para las llamadas enfermedades huérfanas o de nicho.
Adicionalmente, está el tema de Salud que es bastante sensible y preocupa a la población, pero que quede claro que este negocio, sí como lo lee, NEGOCIO, es igual que cualquier otro negocio en el mundo, que tiene que generar ventas y utilidades y ser rentable para los accionistas, no es una ONG, no es filantropía, es negocio por donde se le mire.
Por lo tanto, lo que se tiene que hacer es primero definir claramente cuál va a ser el marco legislativo en nuestro país con respecto a esta industria, quiénes van a ser los actores, pueden venir inversionistas, pueden venir los de oportunidad, pueden formarse asociaciones solo para vender al Estado, pueden participar empresas con un capital de 2,000 soles, etcétera, etcétera.
Todas estas preguntas deben incorporarse al tema legislativo y entonces dejar el mercado libre, ¡a competir se ha dicho!
Lo que el Estado debe regular es que no haya posiciones de poder, que se respeten las leyes, que no haya trampas o corrupción, que la legislación para inscripción de productos sea de alto estándar y que definan como política que el gobierno solo va a comprar genéricos o quien gane la licitación establecida.
Por otro lado, si vamos a respetar leyes de patente y protección de datos, y si estas empresas venden aquí sus productos más caros que en otros países, que respeten la misma norma, entonces retirarles el beneficio inmediatamente.
Para eso hay que crear organismos respetables, con mucha credibilidad, con certificaciones a niveles del mundo y no permitir que pasen estos problemas.
No solo los Laboratorios Farmacéuticos están en esta cadena, existen los proveedores de materias primas, de envases, las imprentas, las farmacias, las cadenas de farmacias, los distribuidores, las clínicas, las EPS, las compañías de seguros, los hospitales y para este editor lo más importante: el médico tratante, el responsable del tratamiento y su resultado, la salud del paciente.
Como ustedes ven, este es un tema mucho más complejo de solo decir Genéricos, si el mercado fuera solo de genéricos, desaparecerían el 90 % de los nombrados. No habría Investigación, no existirían productos nuevos, no se fomentaría la competencia y por último, ¿a quién copiarían las compañías si no existiera el original?
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